La Periplografía griega forma parte de esos géneros literarios que se caracterizan fundamentalmente por el desconocimiento integral que de ellos se tiene. Es más, se discute incluso sobre su propia naturaleza y ni siquiera se tiene conciencia plena de la diferencia que existe entre el periplo entendido como producción escrita y el viaje real a lo largo de las costas al que se refiere la primera de las acepciones del término y que, presumiblemente, ha originado la posterior redacción.

A este primer escollo se suman una serie de circunstancias adversas que han contribuido al hecho de que hasta fechas demasiado recientes siguiéramos sin tener una idea precisa del fenómeno literario que este tipo de obras supone. Lo primero es que la mayoría de los autores de Periplos no pasan de ser meros nombres perdidos en la interminable lista de la Literatura griega fragmentaria (sólo se han conservado ocho títulos –casi todos tardíos– de un mínimo de treinta y siete obras computables): de buena parte de estos autores conocemos solo su existencia o, a lo sumo, nos han llegado escasísimas noticias diseminadas a lo largo de la antigüedad y recopiladas por los más recónditos transmisores; en otros casos la dificultad estriba en que tales autores (p. ej. Fileas [s. V a.C.], Caronte de Cartago [ss. III-II a.C.] o Jenofonte de Lámpsaco [ss. II-I a.C.] no han sido editados en ninguna de las colecciones de fragmentos al uso, o lo han sido (o están siéndolo) muy recientemente.

Ello obliga al estudioso a recopilar sus restos por medio de un riguroso y laborioso rastreo en toda la Literatura griega. Pero aparte de eso, resulta complejo establecer claras diferencias entre la Periplografía propiamente dicha y una serie de géneros literarios colindantes y harto afines, como –desde un principio– la Periegesis, la Geografía descriptiva e incluso algunos subgéneros historiográficos y, según se avanza en el tiempo, hasta otras producciones que de entrada se sospechan tan alejadas como la Paradoxografía, la Mitografía y los relatos de anticuario en general, confusión que se ha visto propiciada por la falta de rigor que acusan los criterios de denominación empleados por los transmisores antiguos. Todo esto explica que en la actualidad no se tenga una visión nítida de los hechos, y que cuando los autores modernos manejan el término ‘periplo’ –y ello es un lugar común en los comentarios y notas a pie de páginas de nuestras traducciones, p. ej.– evidencien una falta de precisión tan notoria que demuestra que estas obras pertenecen a un género cuyos ribetes literarios no han sido nunca descritos con precisión.

Los críticos modernos han considerado a nuestros periplógrafos parte integrante de lo que entre los especialistas se conoce como Geógrafos Griegos Menores, corpus que engloba igualmente a un sinfín de autores pertenecientes a otros subgéneros geográficos muy diversos. El interés por la catalogación de nuestro género –en el seno de dicho corpus– experimentó un notable alza a partir de 1837, año en que la Bibliothèque Royale francesa adquirió el conocido como Codex Parisinus graecus suppl. 443, uno de los principales “responsables” de la conservación de estos autores hasta nuestros días: en el s. XIX se suceden los importantes estudios sobre dicho conjunto debidos a B. Fabricius, E. Miller, a. J. Letronne y S. F. W. Hoffmann que podemos ver comentados en la nunca suficientemente ponderada recopilación efectuada por A. Diller, The Tradition of the Minor Greek Geographers (Lancaster-Oxford 1952), y sobre todo ve la luz la monumental edición de tales autores debida a C. Müller, Geographi Graeci minores I-II (París 1855-1861), sin duda la cota más alta en toda esta prolongada serie de aportaciones hasta la actualidad.

Pero a pesar de lo dicho, y aunque actualmente el estudio de la Periplografía griega atraviesa un momento muy favorable en comparación con otras épocas, se echa aún en falta una visión de conjunto, completa, individual y actualizada de nuestro corpus. No existe hasta hoy un estudio de la Periplografía griega entendida como fenómeno singular en el conjunto de la literatura geográfico-histórica, que incluya reflexiones teóricas de conjunto y que reúna en un solo corpus todo el material del que tenemos noticias. Las últimas traducciones a las diversas lenguas modernas o incluyen a geógrafos extraños a nuestro género o excluyen parte de la producción periplográfica o ambas cosas. Los fragmentos geográficos de Jacoby tampoco se ciñen a nuestro género. Y de idéntico defecto peca la reedición de los Geographi Graeci Minores dirigida por Marcotte. Salvo Jacoby, además, siempre se ha operado con autores conservados, marginando de cualquier estudio aquellas obras de las que sólo nos han llegado citas indirectas.

Por tanto, la finalidad que nos proponemos con el presente Proyecto –cuyo Volumen I/1 vio ya la luz en 2008– es reunir en varios volúmenes el conjunto completo de la Periplografía griega, tanto las obras conservadas como las fragmentarias, incluyendo texto griego (editio minor) con amplio pie de loci similes, traducción española, amplio comentario a pie de página, varios índices y un completo anexo de mapas. Todo el trabajo va precedido de una introducción general al Proyecto en la que se tratarán todas las cuestiones teóricas relacionadas con los criterios de catalogación y estudio literario del género. Al mismo tiempo cada autor dispondrá de una segunda introducción individual.

La obra tiene por objeto brindar a la comunidad científica una completa visión de conjunto del corpus elegido y facilitar a lector interesado la consulta de toda una lista de autores, en su mayoría de difícil acceso, tanto en su versión original como traducidos y comentados. Con ello quedará cubierta una de las muchas lagunas que todavía ofrece la Literatura griega y se pondrá a disposición del público no especialista los resultados de una investigación que tiene por objeto valorar todo un género completo, desde sus orígenes hasta el final de la antigüedad.

Los periplógrafos griegos

 

 

Volumen I. Épocas arcaica y clásica

 

Tomo 1. Periplo de Hanón y autores de los siglos VI y V a.C.: 1 Hanón; F1 Escílax; F2 Eutímenes; F3 Fileas; F4 Damastes.

[Francisco J. González Ponce, Los periplógrafos griegos I. Épocas arcaica y clásica 1: Periplo de Hanón y autores de los siglos VI y V a.C., Zaragoza, Prensas Universitarias de Zaragoza (Monografías de Filología Griega, 19), 2008 – ISBN 978-84-92521-56-2]

Tomo 2. Autores del siglo IV a.C.: 2 Ps.-Escílax; F5 Ctesias; F6 Calístenes; F7 Timageto.

 

Volumen II. Época helenística

 

Tomo 1. Autores contemporáneos de Alejandro (hasta final del s. IV a.C.): F8 Andrón; F9 Nearco; F10 Andróstenes; F11 Cleón.

Tomo 2: Autores del siglo III a.C.: F12 Andretas; F13 Timóstenes; F14 Eudoxo; F15 Mnaseas; F16 Ninfodoro.

Tomo 3. Autores de los siglos II-I a.C.: F17 Zenótemis; F18 Jenofonte de Lámpsaco; F19 Apolónides; F20 Alejandro Polihístor; F21 Agatón.

 

Volumen III. Época imperial

 

Tomo 1. Autores del siglo I d.C.: 3 Periplo del mar Eritreo; F22 Menipo; F23 Isidoro; F24 Alejandro de Mindo.

Tomo 2. Autores de los siglos II-III d.C.: 4 Arriano; 5 Dionisio de Bizancio; 6 Estadiasmo o Periplo del mar Grande.

Tomo 3. Autores de los siglos IV-VI d.C.: 7 Marciano; 8 Periplo del Ponto Euxino.

 

Vol.Tom.N.Periplographus
111Hanno
11F1Scylax
11F2Eutímenes
11F3Phileas
11F4Damastes
122Pseudo Scylax
12F5Ctesias
12F6Callisthenes
12F7Timagetus
21F8Andron
21F9Nearchus
21F10Androsthenes
21F11Cleon
22F12Andretas
22F13Timosthenes
22F14Eudoxus
22F15Mnaseas
22F16Ninphodorus
23F17Zenothemis
23F18Xenophon Lampsacenus
23F19Apollonides
23F20Alexander Polyhistor
23F21Agaton
31F22Menippus
31F23Isidorus
31F24Alexander Mindius
313Periplus Maris Erythrei
324Arrianus
325Dionysius Byzantius
326Periplus Maris Magni
337Marcianus
338Periplus Ponti Euxini